Dalys tiene 15 años.  Desde que nació ha vivido rodeada de la tecnología y la virtualidad.   A sus 15 años su vida es una montaña rusa.  Su estado de ánimo depende de la influencia que hayan generado  sus cuentas de Instagram, Facebook y Tik Tok, así como de lo transmitido por sus seguidores.  La publicidad que recibe es constante, la mantiene ansiosa la oferta que hay en este mes para comprar el smartwatch que tiene “todo el mundo”, para postearlo en sus redes y mostrarlo a sus amigos mostrando perfección.   Adicionalmente, tiene un alto nivel de estrés ya que quiere ahorrar para poder hacer, lo más pronto posible, un viaje al extranjero y poder postearlo siguiendo el patrón de muchas de las personas a las que ella sigue.  Los padres de Dalys también están presionados por su hija, un día amanece deprimida porque todos sus amigos postearon el paseo del fin de semana, al cual ella no pudo ir y esto se lo reclama a sus padres.  Al otro día amanece feliz porque obtuvo 1500 likes en la foto de su nueva mascota adoptada.

El efecto psicológico que ha tenido y tiene la influencia virtual en las personas, es cada día más evidente. A pesar de que la tecnología puede ser un elemento positivo en la proyección de un individuo, puede evolucionar de forma negativa para algunos que no tienen la capacidad de manejar tanta presión externa y la influencia de otras personas.  A un adulto le cuesta balancear su estado de ánimo, imagínese un adolescente e inclusive niños que aún están formando su personalidad y sus sentimientos de pertenencia. Así mismo este entorno repercute en el núcleo familiar si no se maneja adecuadamente.

El ser humano es un ser social por naturaleza, y a través de la convivencia se va conociendo a sí mismo, y va asimilando las pautas, normas y costumbres, de forma tal que su conducta se va adaptando a estos patrones aprendidos.  Si no se maneja adecuadamente la influencia que ejercen las redes sociales en la personalidad del individuo, pueden resultar negativas y tener consecuencias como ansiedad, baja autoestima e inclusive depresión. Existen causas como el ciber bulling, que va en detrimento las relaciones y estado emocional de las personas, algo que, en otra época, no existía. El tener tan fácil alcance para saber “todo” al instante, es otro aspecto que forma parte de la ansiedad del individuo; ya la paciencia es una cualidad que podríamos decir que se está extinguiendo en nuestros niños.

Debemos aprender a vivir esta realidad de forma sana, y transformar esta influencia de las redes en aspectos positivos en la vida de estas nuevas generaciones.  Los profesionales de la salud mental están preparados para esta tarea, la cual debe ser complementaria para comprender el mundo y ver perspectivas desde otro prisma.

Dalys con un guía profesional, podrá vislumbrar lo positivo del mundo virtual, manejándolo como una parte complementaria en su desarrollo.   La psicología tiene hoy en día muchas técnicas positivas para formar a los niños, guiar a los adolescentes y re direccionar a los adultos.   Necesitamos impactar a los niños humanizando las relaciones, y enseñando tolerancia a la frustración.

Aprendamos a convivir con la tecnología y no dejemos que la tecnología defina la forma que vivimos nuestra vida.